30 noviembre 2016

Módulo IV. Proyecto final de Convivencia.

A continuación voy a plantear las medidas y el protocolo que seguiría para el caso descrito en el módulo 2. Modificaré el centro educativo para adaptarlo a mi realidad profesional.
En un aula de 6º de Educación Primaria la tutora detecta que hay un alumno aislado. Realiza un sociograma y comprueba que no es elegido por nadie y él tampoco elige a nadie. Está aislado y no parece importarle. Los niños y niñas no quieren sentarse con él por problemas de higiene y su actitud respecto al grupo es más inmadura, no comparte intereses con sus compañeros/as.

Como medida organizativa la tutora decide cambiar al alumnado de sitio, en principio siguiendo la propuesta del sociograma Socioescuela, pero a la semana siguiente les vuelve a cambiar. Intenta sentar al alumno 25 con compañeros prosociales. También realizará una actividad de aprendizaje cooperativo al menos una vez a la semana, en la asignatura de ciencias naturales, que es la favorita de este alumno y es en la que se siente más competente. Es ahí donde le dará un protagonismo especial favoreciendo técnicas como ser el tutor de un compañero en un trabajo por pares.

La tutora cuenta con la colaboración del Equipo de Orientación que trabajará como indiqué en la actividad del módulo 2, a nivel individual y familiar. Para afrontar a nivel de aula y comunitario recurriremos al Plan de Convivencia, que entre sus objetivos, destaca el intentar favorecer que el alumnado resuelva los conflictos entre ellos, y que la participación del profesorado sea a ser posible como mediador, pero el protagonismo sea de los pequeños/as. Para responder a estos objetivos destacamos dos programas recogidos en el Plan de Convivencia del Centro:
- Las Asambleas de aula, guiadas por el proyecto de Círculos Restaurativos.
- La Comisión de Alumnos, que se diferencia claramente de los delegados de clase.

LAS ASAMBLEAS DE AULA  (CÍRCULOS RESTAURATIVOS)
Aunque la asamblea se relaciona tradicionalmente con la etapa de infantil, este centro decide utilizar la estructura de la asamblea también en primaria. Sigue el programa de circulos restaurativos, que consisten reuniones donde los participantes se disponen formando un círculo para compartir experiencias, necesidades y expectativas y, en caso necesario, entre todos gestionar la resolución consensuada de un conflicto. Por lo tanto, se pueden emplear en muchas situaciones, no solo cuando hay dificultades.
En los círculos, todas las partes se reúnen de forma voluntaria para compartir sus sentimientos, necesidades y expectativas con la ayuda de un facilitador. Previamente, este facilitador les habrá invitado a participar explicándoles el funcionamiento del círculo. Una norma fundamental es respetar el turno de palabra para asegurar que todo el mundo tenga la posibilidad de escuchar a los demás y de sentirse escuchado.
Lo que le diferencia de una asamblea tradicional es que el objetivo es buscar una solución que satisfaga a todos, no tanto indagar e inculpar. Para ello se sigue un guión de preguntas específicas. Las preguntas no pretenden establecer juicios previos ni provocar reaccionesde autodefensa sino facilitar la expresión de los sentimientos y la restauración del diálogo.
Por lo tanto, esta medida puede ayudar a trabajar la inclusión de este alumno en el aula.
Los Círculos restaurativos se introdujeron en este centro a propuesta del Equipo Directivo asesorados por el Equipo de Orientación Educativa. En claustro se aprobó formarse para ponerlo en práctica y se creó un grupo de trabajo. Tras la formación el profesorado lo puso en práctica en su aula y también en ocasiones se trabajó con familias.


LA COMISIÓN DE ALUMNOS
Esta comisión sigue la estructura de la propuesta de Alumnado Ayudante de Isabel Fernández pero adaptada a educación primaria. Los alumnos y alumnas son elegidos por sus compañeros a través de la dinámica de "el buen amigo" y posteriormente se realizan tres tardes de formación en el centro para trabajar la comunicación asertiva y la escucha activa, todo adaptado a las edades del alumnado.
Una vez que han recibido la formación se establecen reuniones semanales para compartir las situaciones en las que han participado y darles apoyo, ya que en ocasiones tendrán que transmitir y delegar a los profesores participantes.
La puesta en marcha de la Comisión de Alumnos se aprobó en claustro y en consejo escolar. Posteriormente se formaron los maestros y maestras que lo desearon a través de un proyecto de formación en centros. El peso de la comisión lo lleva jefatura de estudios con dos maestras voluntarias. La formación es a cargo de la orientadora, la PTSC y también la psicóloga del ayuntamiento.

Respecto al caso que nos ocupa, la tutora y una maestra del programa de la comisión de alumnos hablaron específicamente con los alumnos y alumnas ayudantes. Plantearon la situación en la reunión semanal y los alumnos y alumnas de la comisión propusieron posibles soluciones. No tenían por qué ser los alumnos de su aula los que la resolvieran, ya que sabían que al alumno 25 estaba más a gusto con niños más pequeños, así que alumnos de cursos inferiores decidieron acompañarle en el recreo y asegurarse de que no estaba solo.

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